Las tormentas solares representan una amenaza constante para satélites y sistemas eléctricos terrestres, con eyecciones masivas de masa coronal que, compuestas por partículas cargadas a alta velocidad, tienen un potencial destructivo. Al llegar a la Tierra, estas partículas encuentran la magnetosfera, un escudo natural que las redirige hacia los polos, dando origen a las famosas auroras. En estos momentos, se aguarda la pronta llegada de lo que se ha denominado la tormenta solar «caníbal», lo que podría dar lugar a impactantes observaciones de luces en el cielo.
Pronóstico de la NOAA para la posible visualización de auroras en zonas señaladas.
Geotormenta
El pasado 5 de noviembre, el planeta experimentó el embate de una poderosa tormenta geomagnética, generando auroras intensas y brillantes incluso en latitudes tan bajas como Grecia. El miércoles 29 de noviembre, el Sol lanzó una nueva y masiva llamarada clasificada como M9.8.
En los últimos días, el Sol ha exhibido una notable actividad, con numerosas manchas solares, un gran agujero coronal y múltiples pequeñas eyecciones de masa. Estas últimas serán alcanzadas y absorbidas por la más reciente y potente entre ellas. Se espera que esta absorción genere un frente de onda unificado, capaz de crear extensas y brillantes auroras en latitudes altas y medias. Su denominación de «caníbal» proviene de esta cualidad.
Los modelos de la NOAA vaticinan la llegada de esta llamarada solar entre el primero y el segundo de diciembre. Dada la magnitud del evento, es posible que las personas en latitudes medias y altas puedan presenciar las auroras. Sin embargo, para ello se requieren cielos oscuros y despejados, y una constante vigilancia.
La aproximación de este frente de onda también anticipa perturbaciones en las comunicaciones y en el funcionamiento de ciertos satélites expuestos.