Una explosión estelar inusual abre la puerta a secretos inéditos sobre el destino de las estrellas masivas

¿Qué sucede cuando una estrella se queda casi sin nada, despojada de sus capas, justo antes de explotar? Bueno, acaba de pasar. Y lo hemos visto, claro, en uno de los rincones más impresionantes del cosmos. Una explosión estelar extraordinaria atrapada por el ojo atento del Observatorio WM Keck está destapando secretos que nos dejan boquiabiertos y que, para ser sinceros, podrían hacer que los manuales de astrofísica empiecen a temblar.

Una supernova fuera de serie: así se revela el corazón de una estrella

Imagina por un momento observar a una estrella gigante, pero no una cualquiera, sino una que ha perdido casi todas sus capas, dejando su núcleo expuesto. Eso es exactamente lo que el equipo dirigido por Steve Schulze, investigador del CIERA en la Northwestern, acaba de presenciar con la explosión conocida como SN 2021yfj. ¿El resultado? Un espectáculo químico único donde, por primera vez, observamos directamente los estratos internos de un gigante estelar. Increíble, ¿no?

Una explosión estelar inusual abre la puerta a secretos inéditos sobre el destino de las estrellas masivas

Para entender por qué esto es tan llamativo, hay que recordar cómo acaban habitualmente las estrellas masivas: el colapso de sus núcleos conduce a explosiones colosales, conocidas como supernovas, en las que suelen detectarse restos de hidrógeno y helio. Pero esta vez, nada de eso. El espectro de SN 2021yfj brilla principalmente en silicio, azufre y argón. Es decir, adiós a las capas de hidrógeno, helio, carbono, oxígeno, neón y magnesio. Todo ese material se perdió antes del estallido. Nos queda el núcleo, puro, a la vista.

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La estructura “en cebolla” que confirma lo impensable

Siempre se nos ha dicho (por cierto, correctamente) que una estrella supermasiva es como una cebolla: con capas concéntricas, con los elementos más ligeros fuera y los más pesados dentro. Pero jamás habíamos tenido la suerte de ver ese corazón destapado y listo para explotar. Ahora, con SN 2021yfj, los científicos tienen pruebas directas de ese esquema, pero también pistas de que existe más de un camino, quizá menos convencional, para llegar al fin de la vida de estos colosos celestes.

Cuando la teoría se queda corta: ¿qué nos revela el hallazgo?

Adam Miller, profesor en Northwestern y autor del estudio, reconoce que esto no contradice los libros de texto, pero los deja cortos. La física estelar clásica nos decía que la supernova nacía siempre siguiendo un patrón. Ahora, parece que hay trayectorias mucho más exóticas. ¿Quién sabe cuántos finales distintos puede tener una estrella masiva?

  • Entre 10 y 100 veces más pesada que el Sol: son las gigantes que protagonizan estas explosiones.
  • De la fusión nuclear a la violencia extrema: a medida que la evolución se acelera, las capas internas queman materiales pesados, mientras fuera se suceden inestabilidades brutales, capaces de arrancar todas las capas exteriores.
  • Un núcleo desnudo… y boom: cuando ya solo queda lo más denso, el desenlace, una supernova, puede revelar los secretos mejor guardados del astro.

Observando lo impensable, a miles de millones de años luz

El hallazgo de SN 2021yfj no fue casualidad. La Zwicky Transient Facility escaneó el cielo desde el monte Palomar, y ahí, a 2.200 millones de años luz, detectaron algo tan brillante que no pudieron resistirse a mirar más de cerca. Al analizar la luz, Schulze y su equipo descubrieron que el brillo venía, no de los elementos habituales, sino de lo profundo: esto era el material cocido en los últimos meses de vida estelar.

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Lo verdaderamente fascinante es el mensaje que envía esta “cebola cósmica” desvelada: perder capas, perder material, no evita que una estrella muera en una explosión brutal y luminosa. Al contrario, nos permite mirar el interior, como nunca antes.

¿Y ahora qué? El misterio sigue

¿Por qué una estrella acabaría tan desnuda antes de explotar? La naturaleza, está claro, aún guarda muchas cartas bajo la manga. El propio Miller lo resume mejor: ver este espectáculo solo aumenta el deseo de encontrar más supernovas tan raras. Porque cuantas más veamos, más entenderemos… o quizá, más preguntas surjan. Y eso, en ciencia, siempre es una buena noticia.

Imágenes de esta explosión y otras maravillas astronómicas están ayudando a los investigadores a mirar literalmente el interior de las estrellas. ¿La próxima vez? Tal vez nos llevemos otra sorpresa… Pero, de momento, este hallazgo obliga a los astrónomos a reescribir, una vez más, lo que creían saber sobre la muerte estelar.

La astrofísica está más viva que nunca… y el universo todavía guarda secretos enormes esperando a ser descubiertos.

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