La sorprendente diferencia de temperatura entre el interior del lado oculto y el visible de la Luna

¿Qué secretos encierra la misteriosa cara oculta de la Luna? Un nuevo estudio sugiere que, lejos de ser solo una incógnita geográfica, el lado indómito de nuestro satélite esconde una diferencia fundamental: podría ser millares de años más frío por dentro que su vecina, la cara visible. ¿Te imaginas cómo esto afecta la evolución lunar y su historia volcánica? Vamos a sumergirnos juntos en este enigma, a través de los hallazgos extraídos directamente de las rocas lunares más recientes traídas a la Tierra por la sonda china Chang’e 6.

La cara oculta de la Luna: un laboratorio de ciencia extraterrestre

Cuando pensamos en la Luna, solemos imaginarnos ese disco brillante que nos observa en las noches despejadas. Pero, ¿qué sucede en el otro lado, ese «lado oscuro» al que nunca se asoma la luz terrestre? Allí donde los radiotelescopios callan y el misterio manda. El nuevo análisis, liderado por científicos del University College London (UCL) y la Universidad de Pekín, ha abierto la puerta a un mundo más frío y antiguo de lo que jamás hubiéramos sospechado.

Las muestras recogidas por la Chang’e 6 en el gigantesco cráter de la cara oculta no solo confirmaron antiguas predicciones sobre su edad—casi 2.800 millones de años—, sino que revelaron algo inaudito: estos fragmentos de roca, formados a unos 1.100 °C en el interior lunar, son entre 70 y 100 °C más fríos que equivalentes hallados en la cara visible por el legendario programa Apolo.

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La sorprendente diferencia de temperatura entre el interior del lado oculto y el visible de la Luna

¿Por qué un lado es más frío? El reparto de los elementos de poder

La clave de este acertijo lunar parece estar en los llamados elementos productores de calor—uranio, torio y potasio—que, a través de la desintegración radiactiva, mantienen levemente templado el corazón de la Luna. Pero, curiosamente, el lado oculto tiene menos de estos elementos y, por tanto, parecía tener un interior menos caliente durante su formación.

¿De dónde sale esta desigualdad? Existen teorías para todos los gustos. Algunas apuntan a que un impacto descomunal empujó los materiales más densos y radiactivos hacia la cara visible hace eones. Otras sugieren la existencia pasada de una segunda luna, con composiciones internas distintas, que terminó fusionándose —o tal vez, simplemente, cayó bajo el albor de la gravedad terrestre. En cualquier caso, la asimetría está servida.

KREEP: el tesoro químico lunar, más repartido de lo que parece

Si te apasionan las curiosidades químicas, aquí va un término que mola: KREEP. Hablamos de un cóctel de potasio, tierras raras y fósforo, altamente concentrado en la cara visible. Mientras que los científicos esperaban que estos compuestos estuvieran bien mezclados por todas partes, el hallazgo ha sido el opuesto: están apilados en la cara que nos mira cada noche, explicando así su mayor actividad volcánica y su corteza más delgada.

Análisis de las rocas: ciencia a fuego lento

  • Los investigadores no solo aplicaron técnicas clásicas de datación por isótopos de plomo (producto final de la desintegración de uranio), sino que también cartografiaron la muestra grano a grano, con sondas electrónicas y simulaciones por ordenador.
  • El proceso: desde investigar la temperatura original en la que cristalizaron, hasta retrotraer este calor ancestral usando datos satelitales del sitio de aterrizaje y compararlos con los de la cara visible.
  • Resultado: la cara oculta siempre sale más fresquita, entre 70 y 100 °C menos caliente que su gemela más expuesta al Sol y a la Tierra.
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Todavía no sabemos si esto sigue reflejando la temperatura actual bajo la superficie, pero los científicos sospechan que cualquier diferencia térmica va a mantenerse muchísimos millones de años. En la Luna, todo va muy, pero que muy lento.

La cara oculta: montaña, cráter y ningún mar

Visualmente, el paisaje tampoco engaña. El lado más misterioso está plagado de montañas y cráteres, con pocas manchas oscuras. Donde la cara visible reluce con llanuras volcánicas de basalto, el lado oculto es una escarpada postal de impactos. Una postal que, poco a poco, vamos descifrando gracias a misiones cada vez más audaces.

Preguntas abiertas y el futuro de la exploración lunar

Aunque aún no tenemos la temperatura real del manto en ambas caras, ni todos los detalles de su historia interna, los científicos ya andan manos a la obra para resolverlo. Todo apunta a que, en los próximos años, seguiremos quitándole capas de misterio al satélite más querido de la humanidad. Porque cuanto más miramos a la Luna, más nos regala preguntas… y, de vez en cuando, alguna respuesta.

¿Te imaginas lo que habría pensado Galileo si hubiera podido meterle mano a una muestra del otro lado lunar? Menuda revolución.

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