¿Quién lo diría? ¡Urano suma una luna más a su colección! El legendario telescopio James Webb lo ha vuelto a hacer: ha descubierto un pequeño y escurridizo satélite alrededor del planeta más inclinado del Sistema Solar. Un hallazgo que nos recuerda, sin lugar a dudas: el universo jamás deja de sorprender.
Un destello diminuto entre gigantes: así fue hallada la luna S/2025 U1
El pasado 2 de febrero de 2025, el Telescopio Espacial James Webb —ese coloso de la observación infrarroja— apuntó su mirada hacia Urano y, casi por casualidad, detectó algo inaudito: una pequeña luna que permanecía oculta a todos los ojos electrónicos que la habían buscado antes. El equipo del Instituto de Investigación del Suroeste (SwRI, por sus siglas en inglés), liderado por la astrónoma Maryame El Moutamid, se encargó de analizar una tanda de 10 imágenes con exposiciones largas, tomadas por la poderosa NIRCam del Webb. ¿El resultado? Una mancha tenue y pequeña, sí, apenas un eco en el fondo estelar, pero suficiente para poner en jaque décadas de conocimiento previo sobre este planeta misterioso.
Pequeña pero guerrera: ¿qué sabemos de esta luna?
No esperes otra luna grande como Titania o Ariel. La recién llegada —todavía conocida con la poco romántica denominación S/2025 U1— apenas mide unos 10 kilómetros de diámetro. Para ponerlo en perspectiva: es tan diminuta que ni siquiera la mítica sonda Voyager 2, que visitó Urano hace casi 40 años, fue capaz de vislumbrarla en su histórico sobrevuelo de 1986. Al parecer, su tamaño y su escasa luminosidad la hacían prácticamente invisible, perdida entre los anillos y satélites principales del planeta.
Según cálculos de la NASA, su reflectividad sería semejante a la de sus parientes interiores —esos satélites pequeños que revolotean cerca de los anillos uranianos— y su órbita se encuentra a unos 56.000 kilómetros del centro del planeta. Una cifra nada despreciable, la verdad, pero aún bien adentro, entre las trayectorias de Ofelia y Bianca.
Dato curioso: su órbita es casi circular, lo que sugiere que nació y creció prácticamente en ese mismo rincón del vecindario uraniano.
Un sistema de lunas enredado y caótico
Urano nunca ha sido un planeta sencillo. Y su familia lunar, menos aún. Matthew Tiscareno, del Instituto SETI y parte del equipo, no disimula la fascinación: «Ningún otro planeta tiene tantas lunas pequeñas dentro, tan ligadas y tan embrolladas con los anillos. Realmente, la separación entre lo que es luna y anillo en Urano está difusa y casi se mezcla». Y con este descubrimiento queda todavía más patente.
La nueva S/2025 U1 pasa a formar parte de la “hermandad” de los satélites diminutos que giran por dentro de las grandes: Miranda, Ariel, Umbriel, Titania y Oberón. Todas esas lunas están bautizadas con nombres de Shakespeare y Alexander Pope… Pero el nombre definitivo de este satélite tendrá que esperar a que la Unión Astronómica Internacional le dé el visto bueno. ¡Apuestas abiertas!
Más misterios bajo la bruma uraniana
Lo mejor de este hallazgo, recalcan sus descubridores, es que sugiere algo todavía más fabuloso: lo poco que realmente conocemos de Urano y de su anómalo sistema de anillos y lunas. El Telescopio James Webb, con su tecnología de vanguardia, está abriendo hueco donde ni las naves pioneras lograron mirar. Y, con cada avance, sienta las bases para que la siguiente generación de científicos —allá por mitad del siglo XXI, quién lo diría— siga soñando con desvelar los secretos de este escurridizo coloso azul.
Así, gracias al James Webb, Urano suma una luna más a su repertorio. Pero, sinceramente, ¿quién se va a atrever ahora a decir que el sistema solar ya está “todo explorado”? La aventura, en el fondo, apenas comienza.
